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Tejiendo un poema de Emily Dickinson


This is the land the sunset washes,
These are the banks of the Yellow Sea;
Where it rose, or whither it rushes,
These are the western mystery!

Night after night her purple traffic
Strews the landing with opal bales;
Merchantmen poise upon horizons,
Dip, and vanish with fairy sails.

“The Sea Of Sunset” by Emily Dickson

Me encanta tejer sin patrón, dejando que las emociones se conviertan en movimiento a través de mis manos. En este caso me inspiraron las formas geométricas de los minerales, sus colores, sus texturas… la puesta de sol en el mes de mayo y el trino de los pájaros, que me llevaron a este maravilloso poema de Emily Dickson. Quise incorporar algunas de sus palabras, y ahí empezó el juego, sumando otros elementos según caminaba por su poema: papel artesano, hilos, telas, una flor seca, una piedra…

Tejer es como escribir
puntada tras puntada
palabra tras palabra
creando una historia
expresándote con tus manos
agujas e hilos
pluma y tinta.

Siempre hay palabras e hilos que se quedan en el tintero.

El poema no se encuentra en este libro, pero “Carta al mundo y otros poemas” es una edición muy bella ilustrada por Isabelle Arsenault. ¿Te gusta la poesía?

‘¿Por qué me visto de negro si amo tanto la vida?’ Teresa Matas


Desconocía el trabajo de la artista Teresa Matas hasta que he visto la exposición de su obra en Es Baluard Museu d’Arte Modern i Contemporani de Palma y que ha reunido bajo el titulo “¿Por qué me visto de negro si amo tanto la vida?”.

Es un conjunto de piezas sueltas de diferentes obras, por lo que están ‘huérfanas’. Aunque luego, en conjunto, están muy bien acompañadas. Al no conocer esos trabajos, no tener referencias y estar en otro contexto, he tenido la sensación de que me pierdo muchas cosas. Pero al finalizar el recorrido, creo haber percibido el sentir de la artista.

Caminar entre sus obras me ha hecho sentir en algunos momentos tristeza, dolor, angustia… Algunas incluso rechazo. Se nota que vienen de muy adentro.

Me maravillan esos cuerpos de mujeres anónimas de largos brazos, que a veces abrazan y otras caen rendidos al suelo.

Utiliza materiales vividos por ella u otros, con los que convive, manipula, transforma y les da una nueva vida. Texturas de telas sobre telas, puntada tras puntada… Capas de memorias para construir la suya propia.

Negro, rojo y blanco son los colores predominantes. Ella explica: “Negro por los gritos, blanco por los silencios, rojo por la vida”. Y los agujeros son para poder respirar.

La exposición abarca fotografía, instalación, collage, dibujo, escultura, pintura, performances… Obras realizadas entre 1985 y 2016. Es imposible que salgas de esta exposición sin sentir nada. No te deja indiferente. Algo se removerá en ti.

He tenido la suerte de poder visitar a Teresa Matas en su taller que también es su casa. Una tarde nos recibió a los ‘Amigos’ del museo y nos mostró sus espacios de creación. Te dejo unas fotos de ese día que me ha cedido Es Baluard para poderlas mostrar aquí.

Nada más entrar, el espacio donde se conecta con el exterior a través de internet, donde tiene muy bien organizada toda la documentación y donde edita sus fotografías y vídeos.

Luego pasamos al jardín rebosante de plantas que lleva al taller donde crea y donde el negro sigue predominando. Nos habló de lo que la mueve, del negro, de las telas, de la poesía de Alejandra Pizarnik, de sus exposiciones en otros países, de la mujer, de su anterior estudio en un convento, de la sociedad… De la vida.

Y finalmente nos condujo hasta un gran almacén donde pudimos ver parte de su obra. Ahora, las piezas sueltas que vi en la exposición cobraban sentido. Y entendí que, sin saber nada de su vida, realmente había captado el sentir de su obra.

Teresa está llena de energía, transmite vitalidad. Sigue trabajando con telas que tiñe de negro, todavía no sabe como acabarán, se deja guiar por ellas en el espacio-tiempo. Y, lo más importante, sigue haciendo lo que quiere. ¡Gracias Teresa por compartir tu tiempo con nosotras!

Es una pena que siendo una retrospectiva de una artista de aquí, reconocida internacionalmente, el museo Es Baluard no haya publicado un catálogo.

Magia tejida en nuestros sueños


“Tía Habiba estaba convencida de que todos teníamos magia dentro, tejida en nuestros sueños”.

Había leído un par de libros de Fátima Mernissi, pero no conocía nada de su vida. En “Sueños en el umbral” nos habla de su infancia en un harén de Fez. De las mujeres, de las tradiciones… Y de muchas cosas más que tendrás que descubrir al leerlo.

Qué importante es tener una tía Habiba cuando estás creciendo.

Leyendo este libro he sabido que eliminaban las células epidérmicas muertas con unos trozos redondos de corcho que envolvían en fundas de lana hechas a ganchillo y que se llaman mhecca. También podrás saber sobre la tradición en tejeduría, el bordado…

Ha pasado más de una década desde que leí su ensayo “El hilo de Penélope”. Creo que es momento de volver a él.

Con la labor de ganchillo


Ya me gustaron las ilustraciones de Sara Morante en el libro ‘Los diarios de Adán y Eva’ de Mark Twain. Ahora, además de ilustrar, nos cuenta las vidas de los habitantes de un edificio muy particular. En ‘La vida de las paredes’ nos revela algunos de los secretos más íntimos de estas personas. Me he quedado con ganas de saber más.

Ilustración de Sara Morante de su libro 'La vida de las paredes'

“Se sorprendió de no encontrar allí a Carmen, que de costumbre estaba a esas horas con la labor de ganchillo, el vaso de quina y un puchero marcando las horas.”

María, la bordadora ilustrada y creada por Sara Morante en su libro 'La vida de las paredes'

En estas páginas vemos a María, la bordadora. No te pierdas su historia y la de sus vecinos. No quiero desvelar nada más, ya me dirás cuál te ha gustado más.

Cuando yo ya no esté


El título de este libro me repelía de su lectura, hasta que mi librera insistió en que no le hiciese caso, que me gustará leer Una madre.

'Una madre' de Alejandro Palomas

Y así ha sido. Me ha encantado la historia, sus personajes y como Alejandro Palomas nos los va dando a conocer. Con él me he reído y también se me han caído unos cuantos lagrimones, de esos que son muy salados.

Una madre es Amalia y su familia, los que están y los que ya no están. Ella no sólo une los cuadrados que va tejiendo para confeccionar una manta que se convertirá en abrazos, también teje con hilos invisibles uniones que serán irrompibles.