[lang_es]El pasado mes de abril, caminando por la sierra de Tramuntana, me encontré con un rebaño de ovejas que pastaban y descansaban tranquilamente entre los olivos. Me detuve un rato sin molestarlas para poder escuchar el sonido de sus cencerros al moverse.[/lang_es]
[lang_en]Last April, walking through Tramuntana mountains, I found a flock of sheep grazing and resting peacefully among the olives. I stopped for a while without disturbing to hear the sound of their bells.[/lang_en]
[lang_es].
Me encanta el sonido de los cencerros.[/lang_es]
[lang_en]I love the sound of bells.[/lang_en]
[lang_es]Parece que el tiempo se detuviese. Son de esos momentos en que eres feliz.[/lang_es]
[lang_en]Time seems to stop. These moments make me happy.[/lang_en]
[lang_es]Más adelante, esta pequeñina se había apartado de su rebaño. Estaba como loca buscando volver con el grupo. Todas balaban y balaban para guiarla, pero no veía la manera de encontrar la manera de unirse a ellas. Ese sonido era estremecedor.[/lang_es]
[lang_en]Later, this little one had strayed from his flock. She was crazy looking back with the group. All sheeps were bleating and bleating to guide her, but she don’t finds a way to join them. That sound was shocking.[/lang_en]
[lang_es]Al final consiguió volver al rebaño y me sentí aliviada.
¡Disfrutad de las montañas![/lang_es]
[lang_en]She finally got back to the flock and I felt relieved.
Enjoy mountains![/lang_en]
Esta oveja que pasta alegremente por la Serra de Tramuntana mallorquina, necesita una buena esquilada… ¿Qué te parece? Queda poco para una sesión refrescante.
En octubre del año pasado visité Mas Marcé para celebrar el Esquilado. Son una familia que está recuperando la Oveja Ripollesa y la lana de los pastores del Empordà. Aquí estoy yo con una oveja de pocos días, una ‘newborn’.
Las ovejas se esquilan en el mes de mayo para que no pasen calor en verano, pero en octubre se esquila a las adolescentes. Ellas de espaldas, así no nos ven… El miedo las hace quedarse quietas.
En la visita conoces la explotación, las ovejas, el esquilado manual, la elección de la lana según tipo y calidad…
En la barbería, el esquilador es rápido y delicado, cuidando siempre de ellas.
Así de ligeras se quedan después de ser esquiladas.
Una vez tienes la lana, te vas al río a lavarla. La colocas en una cesta de mimbre que mantienes en remojo y vas removiendo y removiendo hasta que queda bien limpia. Ahora lo hacen unas máquinas.
Luego pasas al secado, extendiendo la lana sobre una superficie de cañas donde se pueda airear y la dejas al sol, un buen blanqueador natural. En esta parte del proceso recordé mi niñez, cuando en casa teníamos colchones de lana. Para limpiarlos subíamos al terrado, extendíamos la lana al sol y la ahuecábamos bien dándole un buen meneo con un palo de madera para que se airease. Una ya tiene sus añicos.
Os recomiendo la visita, especialmente si tenéis pequeños en casa, disfrutaréis de lo lindo.
Cada vez hay menos pastores, así que…