El libro “El hombre que plantaba árboles” es un tesoro que hay que leer de vez en cuando, para que vaya calando e impregne bien. Un cuento muy bello de Jean Giono para no perder la esperanza y muy bien acompañado de las exquisitas ilustraciones de Peppo Bianchessi.
El papel de este libro proviene de bosques gestionados de manera sostenible.
Aunque los que recojan estén aún por llegar.
La hoja de Ginkgo biloba que recogí en el parque Riverside de Nueva York me ha hablado de ESPERANZA. Una gran palabra que encierra el último eco de la vida. Es la que te dice ‘puede ser’.
De esa hoja que del verde claro va mudando al amarillo en otoño, destilan las puntadas que poco a poco van formando las cadenetas que te unirán a la esperanza como un cordón umbilical. Da igual que lo corten al nacer, el vínculo sigue ahí. Pero ese vínculo hay que cuidarlo, porque si llega el día en que lo olvidas, estarás perdido.
El Ginkgo biloba es un árbol único en el mundo, le llaman El Gran Superviviente. Puede vivir miles de años. Es originario de la China, donde se dice que representa la dualidad del mundo y es utilizado en su medicina tradicional.
En Hiroshima es un símbolo de renacimiento, ya que dos años después de la bomba y muy cerca del epicentro de la explosión empezaron a brotar los restos de un carbonizado Ginkgo . Por eso, el Ginkgo es portador de esperanza.
[lang_es]100% Hecho a mano con cariño en Mallorca[/lang_es]
[lang_en]100% Handmade with love in Mallorca[/lang_en]
El último tejedor de su estirpe ha muerto y hay que encontrar su tumba para enterrarlo.
La historia de esta búsqueda te llevará por un telar de emociones, donde los hilos conversan sobre la vida.
Una joyita que no te debes perder.