Han reposado un año en la oscuridad, atrapadas entre papeles, tras ser recogidas del suelo del parque Riverside de Nueva York. Han vuelto a la luz, me han acompañado un tiempo y han encontrado un sitio. Vuelven a colgar, unidas a un tejido donde cómo te llamas no importa. Ahora forman parte de un nuevo árbol, tejido y bordado con mis manos. El árbol de la diversidad.
Capa sobre capa, voy formando la corteza que descubrirá lo que guarda en su interior, la vida.
Hay encuentros, uniones… El camino que siguieron al caer de su árbol.
Huellas…
Las hojas se desprenden
despedidas inevitables
en el otoño.
En movimiento, al son de un vals de Lorca:
[lang_es]100% Hecho a mano con cariño en Mallorca[/lang_es]
[lang_en]100% Handmade with love in Mallorca[/lang_en]
Una de las hojas de roble que recogí en el parque Riverside de Nueva York me ha hecho recorrer de nuevo sus caminos.
El roble es un árbol de gran fortaleza y sus hojas me parecen de una delicadeza exquisita. El paso del tiempo desconectadas del árbol las ha hecho frágiles.
Las hojas forman parte del tejido del bosque. Un bosque de hilos diversos. Mi caminar disperso deja puntadas en el mullido y cálido suelo que he trabajado con mis manos, hasta encontrarla a ella entre tantas. Deshace el enredo, me uno a ella, viaja conmigo, ahora es mi recordatorio para esos momentos en los que parece que no se puede.
Cuando caminas en todas direcciones te encuentras con lo esperado y lo inesperado.
[lang_es]100% Hecho a mano con cariño en Mallorca[/lang_es]
[lang_en]100% Handmade with love in Mallorca[/lang_en]